Flan de huevo casero

50 minutos

Fácil

10 Porciones

Ingredientes:

• 1 litro de leche entera

• 8 huevos medianos

• 200 gr azúcar

• Un trozo de cascara de limón

• 1 rama de canela

Para el caramelo

• 200 gr de azúcar

• 2 cucharadas de agua

Preparación:

Empezamos poniendo a calentar la leche con la canela y la cascara de limón dejamos que hierva y apagamos el fuego y dejamos un rato para que la leche se aromatice.

Mientras se calienta la leche ponemos el horno a calentar a 160ºC y además preparamos una bandeja alta donde colocaremos las flaneras. Ponemos un papel de periódico o revista en el fondo de la bandeja, que lo que hará es que el agua no hierva y por lo tanto no salgan esos agujeritos al flan o les entre agua; y colocamos las flaneras dentro de la bandeja.

Ahora vamos con el caramelo, colocamos en una cazuelita o en una sartén el azúcar con el agua y lo ponemos a fuego bajo y dejamos que se vaya haciendo el caramelo poco a poco; es importante que no mováis la cazuela ya que el caramelo se puede empalizar hasta que veáis que el azúcar empieza a coger un color muy dorado por todos los bordes, tener paciencia hasta entonces, una vez que empieza a coger color dorado y esta líquido podéis repartirlo por las flaneras. El punto del caramelo lo elegiréis vosotros eso si; si os gusta más oscuro tener cuidado y no apuréis mucho para que no se os queme.

Batimos los huevos con el azúcar muy bien y le añadimos la leche caliente y colada.

Nos ayudamos de una jarra y la repartimos en las flaneras llenando casi hasta arriba.

Con el horno ya caliente y las flanera llenas solo nos queda añadir agua caliente en la bandeja del horno; con mucho cuidado y con una jarra rellenamos con agua caliente la bandeja hasta el máximo posible y la llevamos la horno; si tenéis mal pulso rellenarla dentro del horno y evitaremos percances.

Dejamos que se cuajen en el horno durante 25-40 minutos a 160ºC esto dependerá del tamaño de las flaneras incluso del mismo horno. Para comprobar que están pinchamos el flan en el medio con una aguja y si esta sale limpia es que ya están.

Dejamos que se enfríen el propio agua y después los metemos en el frigorífico hasta que se estén bien fríos y los vayamos a consumir.