Siete almuerzos saludables para toda la familia

Nos pasamos el día pensando qué hacer de comer. No es fácil crear un menú sano y equilibrado que además pueda comer toda la familia.

Lo que gusta a unos, probablemente, no guste a otros, sobre todo si hay niños en casa, pero, de cualquier forma, aunque los niños sean más reacios a consumir cierto tipo de alimentos, como por ejemplo las verduras, creemos que vale la pena esforzarse en acostumbrarlos a que coman de todo.

Aproximadamente, a partir de los 14 meses o del año y medio, los niños pueden comer el mismo menú que el resto de la familia, eso sí, bien cortado todo en trozos pequeñitos o triturado, aunque, si ya tienen dientes que les permitan masticar, es mejor no abusar de los alimentos triturados. Si abusamos de alimentos triturados correremos el riesgo de que, posteriormente, rechacen los alimentos preparados de forma convencional.

Comida saludable en familia

A veces es mejor armarnos de paciencia y asumir que algunos días comerán algo menos porque la comida no les gusta, que, caer en la trampa, de la que seguro más tarde nos arrepentiremos, de cocinar unos platos diferentes para ellos.

A continuación, os proponemos ideas para que el almuerzo de toda la familia sea completo y saludable.

Almuerzo 1: Macarrones con tomate y carne picada. Ensalada de lechuga y tomate. Pan. Fruta.

Almuerzo 2: Crema de calabacín (con patatas y quesitos). Pechuga de pollo al horno con salsa de zumo de limón. Pan. Fruta.

Almuerzo 3: Lentejas (con arreglo de pimiento verde, cebolla y tomate serán más ligeras que con el tradicional arreglo de chorizo y morcilla). Pescado al horno. Pan. Lácteo.

Almuerzo 4: Gazpacho. Tortilla de patata. Pan. Lácteo.

Almuerzo 5: Judías verdes con patata y jamón. Filete de ternera a la plancha. Pan. Fruta.

Almuerzo 6: Ensalada de judías blancas y atún. Pollo con tomate. Pan. Fruta.

Almuerzo 7: Paella de pescado y marisco. Ensalada de tomate, cebolla y pepino. Pan. Fruta. Helado.

Determinados alimentos, como por ejemplo las cebollas de las ensaladas, pueden tener un sabor demasiado fuerte para los más pequeños, por lo que lo mejor en estos casos es no forzar y dárselos a probar sin obligarles a comerlo. Poco a poco se irán acostumbrando a nuevos sabores y texturas.