Desayunos sanos para niños: uno distinto para cada día



“El desayuno es la comida más importante del día” ¿Cuántas veces has escuchado esa frase? No sabríamos decirlo, pero a día de hoy sigue siendo uno de los lemas más repetidos por los nutricionistas.
La teoría la tenemos muy bien aprendida, porque la hemos escuchado desde pequeños una y otra vez, pero ¿la llevamos a la práctica? Son muchos los pediatras y educadores que aseguran que la primera comida del día juega un papel importante en el rendimiento escolar de los niños.
Y ya sabemos que para que los niños desayunen bien, deben hacerlo los padres también. Esa es la mejor manera de que los más pequeños aprendan a base de repetición y así nos lo recordó la nutricionista Asún Armas, en el post sobre la hidratación.
El problema es que las mañanas son siempre un “pelín ajetreadas” en todos los hogares y todavía más si tienes niños. Hay que hacer muchas cosas en poco tiempo: despertarlos, asearlos, preparar la mochila, intentar que desayunen… y conseguirlo sin retrasos es todo un reto.
A eso hay que añadir que hay muchos niños que no tienen  apetito por las mañanas y les cuesta desayunar. Para intentar evitar que esto ocurra, hay dos consejos que suelen ser muy efectivos.
– Adelantar la hora de la cenaSi los más pequeños de la casa han cenado tarde, al día siguiente se levantarán con menos apetito. Para remediarlo, podemos simplemente adelantar media hora la cena y veremos como a primera hora de la mañana tienen un poquito más de hambre.
 Dejar el desayuno para el final. Este consejo funciona muy bien, porque cuánto más tiempo pasa desde que nos hemos levantado más apetito tenemos. Podemos dejar el desayuno para el final y proponer al niño que se vista primero; haga la cama y prepare su mochila, antes de desayunar. Con este movimiento y transcurrido un tiempo desde que se ha levantado, lograremos que coja el desayuno con más ganas.
– Variar el desayuno. Con las prisas de las mañanas, acabamos poniéndoles el mismo desayuno y los niños se acaban cansando. Por eso, una forma de que les entre el apetito es que el desayuno les sorprenda. En este post, te proponemos uno  para cada día.
Lunes: Un vaso de leche con tortitas caseras con chocolate y nata o sirope.
Martes: Zumo, un vaso de leche y cereales.
Miércoles: Una rica tostada de mantequilla con un poquito de azúcar y una botellita de yogur líquido.
Jueves: Un vaso de leche y un cruasán de jamón y queso.
Viernes: Un trocito de bizcocho casero de zanahoria.
Sábado: Un vaso de leche con mucho cacao y galletas maría.
Domingo: Medio sándwich mixto de jamón y queso con un batido de frutas.
¡Son muchos los desayunos que podemos hacer cada día, para que a nuestros pequeños les entre el apetito y vayan al cole con la energía que necesitan! Hoy vamos a hacer el bizcocho de zanahoria. Con esta receta tan dulce, conseguiremos que nuestros pequeños coman zanahoria, pero de otra forma. Es un alimento muy nutritivo, rico en potasio y fósforo, que ayuda a proteger la vista.
 
 
Fuente: este post proviene de http://pequenosgrandesaciertos.ufesa.es donde puedes consultar el contenido original.
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